El derroche de agua es un problema bien conocido. A pesar de las numerosas recomendaciones y campañas de concientización, el consumo per cápita sigue siendo alto, especialmente en las grandes ciudades. No obstante, como ocurre con muchos problemas complejos, podemos empezar a solucionarlos con pequeñas acciones en nuestro hogar.

Una excelente forma de controlar el gasto de agua en casa es utilizando dispositivos conocidos como "ahorradores". Estos son pequeños aparatos que se instalan fácilmente en la ducha, las canillas y el tanque del inodoro.

Dispositivos que ayudan a reducir el flujo de agua:

·         Perlizadores. Se colocan en la salida de la canilla y tienen una membrana que hace que el agua pase por un orificio más pequeño, esta se mezcla con el aire y se reduce el flujo hasta un 50%. Esto significa que, con la misma cantidad de agua, el flujo es más eficiente y ahorrás sin darte cuenta.

·         Duchas eficientes. Existen diversos modelos con modos de funcionamiento pensados para mayor confort, como chorros más potentes o múltiples chorros menos intensos. Aunque buscamos buena “presión”, lo esencial es la velocidad del agua, lograda reduciendo la sección de salida, y que también permite ahorrar gran parte del recurso.

·         Mochilas de baños eficientes. En los depósitos de agua de los baños antiguos, todas las descargas eran de entre 9-12 litros, mientras que en las modernas más habituales, de doble pulsador, la descarga grande es de 6 litros y la pequeña de 3.  Esto es posible gracias al diseño del inodoro, que permite una eficacia similar con menos agua. En muchos casos, se puede adaptar la mochila del inodoro cambiando el mecanismo de descarga simple a uno de doble descarga, manteniendo su eficiencia.

Estos ahorradores de agua son solo una parte de los muchos elementos diseñados para utilizar los recursos de manera racional. Aunque vale tener en cuenta: de nada sirve una vivienda llena de dispositivos de ahorro si dejás la canilla abierta mientras te lavas los dientes o lavás los platos.

El agua es un recurso limitado que debemos usar con responsabilidad;  estos pequeños cambios en nuestras conductas ayudan a generar conciencia y a usar los recursos de manera más eficiente.